Acerca del Proyecto

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Maternajes Transfronterizos es un proyecto fotográfico experimental, de carácter inédito, de la artista visual y fotógrafa Gabriela Rivera Lucero, y la curaduría de la investigadora Andrea Beltramo Fernández. En esta propuesta la artista investiga en torno a la maternidad, crianza y cuidados, desde una perspectiva feminista, descolonial y situada, tomando como punto de inicio su propia experiencia como madre artista y mujer migrante originaria de Chile, habitando la ruralidad en la provincia de Castellón. El proyecto se propuso retratar a diversas madres y/o cuidadoras migrantes provenientes del sur global que habitan en la Comunidad Valenciana, mediante el uso de técnicas fotográficas analógicas experimentales, las que a modo de ritual, se activan con objetos orgánicos significantes para cada persona retratada. Proponiendo desde lo identitario visibilizar sus experiencias para instalar múltiples reflexiones mediante el lenguaje fotográfico acerca de las complejidades, resistencias y acogida en los procesos migratorios, así como las contradicciones en las relaciones norte-sur, y las asimetrías simbólicas que ello conlleva para transitar desde lo íntimo al cuerpo social. Para ello se buscó generar un espacio fotográfico seguro con cada retratada, lugar en que se abordaron experiencias de crianza, reforzado mediante una serie de preguntas motivadoras, invitación a trabajar con objetos de memoria personal, para posteriormente revelar con materiales orgánicos con los que cada cuidadora identificó sus vivencias cual si se realizase un conjuro, a través de la técnica fotográfica denominada “filmsoup”, en el que se remojan carretes fotográficos con diversidad de sustancias generando reacciones químicas.

Maternajes Transfronterizos

Texto Curatorial

Mirar, memoria
La memoria hay que provocarla. Sacudirla con fuerza, agitarla y dejar que todo se mezcle. Esa alteración será, en un primer momento, un gesto violento, agresivo. Luego, será necesario acercarse con ternura. En un tiempo lento, lentísimo incluso.

¿Una cadencia del desorden?

Para detenerse y esperar con paciencia la oportunidad de una intervención material, corporal, sobre la memoria. Es un gesto de apertura, para des/hacer archivos que se han vuelto discurso, narrativas que olvidan las huellas corpóreas. La memoria no es inocente. Tampoco la mirada, mucho menos quien mira.
Provocar la memoria será también una ocupación de espacio. La apertura hacia una geografía sensible, errática, permeable y cambiante.

Por el paso del tiempo, ¿el viento?

¿Cómo aparece la memoria en el cuidado?, ¿quiénes cuidan?, ¿a quién?

¿Y el tiempo?

¿Acciones de maternar?, ¿qué disposición del cuerpo proponen?, ¿desde que marcas, recuerdos y saberes se transitan?, ¿es posible bailar mientras tanto?, ¿es algo que se cuenta? , ¿quién escucha mientras tanto? , ¿quién está mirando?

El trabajo de Gabriela Rivera Lucero surge de un proceso de cuidado, diversas formas de abrirse paso en la memoria individual, para devenir colectiva. Desde preguntas sobre lo propio y lo personal, abre un interrogante sobre la fotografía, interpela la imagen, invita al fantasma, propone acercarse a lo borroso del recuerdo. Reconstruye caminos desde pasos imprevisibles, da lugar a la incertidumbre y, con inmensa curiosidad, invita a la sorpresa, al encuentro en movimiento, a la experiencia compartida donde cada quién ofrece una historia, múltiples recorridos, infinitas formas de acceder al recuerdo y mirar de cerca.

Una poética para otras memorias

Andrea Beltramo Fernández